jueves, 10 de octubre de 2013

Organismos Internacionales en la Prevención de desastres naturales.

Aunque no pueda luchar contra el desencadenamiento de las fuerzas de la naturaleza, el hombre sí puede crear instrumentos de prevención. Desde el decenio de 1960, la UNESCO ha adoptado una estrategia preventiva.

El desastre sobrevenido el 26 de diciembre de 2004 en el litoral del Océano Índico suscitó una enorme conmoción y un gran movimiento de solidaridad. También nos hizo cobrar conciencia de que la naturaleza, por hermosa que sea, puede transformarse en una fuerza de destrucción atroz. A este respecto, debemos diferenciar los riesgos naturales de los desastres.

LOS DESASTRES NO SIEMPRE SON NATURALES
Los riesgos de la naturaleza son los fenómenos físicos como terremotos, erupciones volcánicas, desprendimientos de tierras, tsunamis, inundaciones y sequías.
Los desastres son generados por este tipo de alteraciones, pero no siempre son naturales, a veces son provocados por el hombre.
La deforestación, por ejemplo, agrava la peligrosidad de las inundaciones, y las construcciones que incumplen las normas de seguridad o los planes deficientes de ocupación de los suelos tienen repercusiones catastróficas. En los últimos veinte años se ha observado un aumento de la frecuencia, el impacto y la amplitud de los desastres naturales, que han causado la muerte de centenares de miles de personas y provocado enormes pérdidas económicas. Los países más pobres son los más afectados porque, al carecer de recursos financieros e infraestructuras suficientes, son incapaces de prever esos fenómenos.

Esto es aún más grave teniendo en cuenta que los conocimientos técnicos y científicos de hoy en día permiten mejorar la prevención contra los seísmos y la resistencia a los vientos, emitir alertas tempranas y preparar respuestas específicas de las comunidades. Desde 1960 la UNESCO desempeña un papel activo, sobre todo en materia de prevención: prevé los riesgos, presta apoyo a los programas científicos y contribuye a la elaboración de proyectos de preparación contra los desastres. Sus actividades se basan en los adelantos científicos y tecnológicos, la educación y formación pluridisciplinarias, y la sensibilización del público y de los encargados de adoptar decisiones. La Organización se ha fijado, entre otros, los siguientes objetivos:
• Crear sistemas de alerta temprana.
• Preparar planes previsores de ocupación de suelos.
• Adoptar planes de construcción apropiados.
• Salvaguardar los edificios escolares y los monumentos culturales.
• Promover trabajos de investigación después de los desastres y adoptar medidas de rehabilitación.

La UNESCO interviene activamente en el ámbito de la prevención.
Entre sus actividades, se enmarcan las siguientes: creación de redes de vigilancia sismológica que actúan como centros de intercambio y análisis de datos sobre riesgos y desastres; identificación y cartografiado de zonas peligrosas; creación de un sistema de alerta temprana contra los tsunamis en el Pacífico en 1968 y preparación de un sistema análogo para el Océano Índico que empezará a funcionar en julio de 2006; adopción de la Iniciativa Internacional sobre Inundaciones (IFI); asistencia a los sistemas de comunicación relacionados con la prevención de desastres, etc.

Después del tsunami que devastó las costas del Océano Índico el 26 de diciembre de 2004, la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres (Kobé, Hyogo, Japón, 18-22 de enero de 2005) aprobó tres documentos relativos a la atenuación de los riesgos de desastres naturales, entre los que figuraba un plan de acción decenal para el periodo 2005-2015. Los 4000 participantes –representantes de 168 Estados, 78 organismos de la ONU y otras organizaciones, 161 organizaciones no gubernamentales y otros tantos medios informativos– adoptaron la Declaración de Hyogo, que recomienda fomentar “una cultura de prevención de desastres [...] a todos los niveles” y señala los vínculos entre la reducción de los desastres, el desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza. Esta Conferencia decidió también crear un sistema de alerta mundial contra los riesgos naturales. La UNESCO participó activamente en este evento, preparando con diversas organizaciones algunas sesiones temáticas. En colaboración con la Universidad de Kyoto, la Organización ha publicado un informe titulado Prevención de desastres y seguridad humana: la educación al servicio del desarrollo sostenible – Estudios de casos y mejores prácticas. Este documento se centra en las buenas prácticas en materia de prevención observadas en 41 países. Asimismo, en cooperación con la Alianza Mundial para la Reducción de Desastres, la Organización ha publicado un CD-ROM sobre proyectos de prevención.

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